EL SENTIDO DEL HUMOR EN LA FAMILIA

En el contexto educativo de la familia, el sentido del humor es tan importante como lo son la disciplina, la educación académica o los valores.

Las relaciones entre padres e hijos que permiten y dedican más tiempo a las diversiones, el buen humor y la risa, son más sanas, menos tensas y más cordiales.

El sentido del humor nos permite ver los problemas en su dimensión más ajustada, sin llegar a extremos de sobre-valoración o de infra-valoración. Así, asumir la perspectiva del humor ante nuestros errores y debilidades nos facilita reconducir situaciones que, de otro modo, aumentarían las tensiones y los conflictos, y además amplía el campo de nuestra experiencia, ya que todos sabemos que se aprende tanto o más de los errores que de los aciertos.

La risa es una de las expresiones que más beneficios aporta a la persona. Es la expresión de una emoción tan importante como la alegría; activa la producción de endorfinas (neurotransmisores químicos que aportan al cerebro alivio y bienestar); libera tensiones; y favorece una respuesta emocional única orientada al optimismo y el bienestar. Todo esto se refleja también en la salud. Y además da lugar a un ambiente positivo y cordial.

Hay que recordar que los niños aprenden en gran medida por observación de su entorno (los padres somos modelos para los niños, nos lo propongamos o no), y cuanto más dignos de crédito sean los modelos a imitar, mejor y más duradero será el aprendizaje. En este sentido, la alegría y el buen humor también se educan, y las familias que logran pasar más tiempo divirtiéndose juntas, crean vínculos de relación más estrechos y duraderos.

Por todo ello es aconsejable pasar tiempo juntos en actividades lúdicas y divertidas, siendo posible enseñar a los niños a no sobredimensionar los problemas a través del buen humor y la alegría.

Pero en esta enseñanza hay que tener también muy en cuenta que el humor puede utilizarse para perjudicar, ridiculizar o consolidar y reproducir estereotipos, por lo que es necesario educar en la conciencia del daño que se puede hacer a los demás. Este aprendizaje elemental ayudará a los niños a desarrollar su sentido del humor sin perder la empatía (capacidad social básica que permite saber cómo se siente el otro y actuar en consecuencia).

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