Los seis meses son una buena edad para familiarizar al bebé con el agua para que aprenda a flotar en una piscina, pero SIEMPRE con nosotros junto a él.
Si se defiende en el agua pronto será más fácil que aprenda a nadar antes y con más facilidad.
Un bebé puede bloquear el glotis cuando su cabeza está bajo el agua durante unos 2 o 3 segundos, gracias a un mecanismo reflejo que impide que el agua entre en sus pulmones. Lo que se hace en una escuela de natación es trabajar para aumentar ese periodo de tiempo.
La temperatura del agua debería oscilar entre los 30 y 32 grados. Si la temperatura del agua es agradable (no hay cambios bruscos de temperatura) y la comida ha sido ligera, no es necesario esperar dos horas antes de bañarse, aunque siempre es mejor tener cuidado con los posibles cortes de digestión).
La profundidad no debería superar el metro, para poder accionar cómodamente con él.
Cuando metemos al niño en el agua (poco a poco) debemos usar nuestra mirada y nuestra voz para transmitirle confianza. También es muy aconsejable estar relajados para no transmitirle inseguridad. Pero no debemos forzarlo; cada bebé necesitará su tiempo para ir familiarizándose con la piscina.
La introducción en el agua debe ser gradual, poco a poco, para evitar que una mala experiencia le pueda provocar fobia (miedo irracional) al agua. Así, le mojaremos la nuca y los brazos y luego nos sumergimos nosotros poco a poco abrazándole, sonriéndole y hablándole suavemente.
Si se usa un flotador hay que tener en cuenta que debe ser:
- Sin costuras que puedan producirle rozaduras.
- A su medida.
- Sin agujeros para meter las piernas, por su gran peligro de vuelco.
- Con válvula de seguridad que evite que se desinfle si se abre el tapón por accidente.
- A su gusto para que no se niegue a utilizarlo.
- Y nunca dejarlo solo.
Debemos tener cuidado de que no coja frío. Por ello con quince minutos en el agua será más que suficiente, además porque el contacto prolongado con el agua va eliminando la capa protectora de grasa que cubre la piel. Así mismo al salir debemos cambiarle de ropa para que no se enfríe o se irrite su piel.
Gloria Martí
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